Relacionado con las antiguas ruinas íberas de "El Castellot", el museo es el lugar donde se ubica la exposición. Integrado en la naturaleza que lo rodea, el volumen se resuelve con formas diferentes.
El edificio es una reinterpretación de las antiguas construcciones de la Cerdanya. Las paredes de piedra, los techos a dos aguas de madera y la pizarra se unen a los nuevos materiales como el hormigón y las cubiertas verdes que consiguen que la naturaleza se integre sobre el edificio.