El Centro Sociocultural nace a partir de sus actividades interiores, de sus usuarios y programa, que son los protagonistas. Pero también con la voluntad de mostrar su interior a los habitantes de la población. La música que resuena en su interior y su armonía, son partituras que transitan por los espacios del edificio mientras tienen lugar las diferentes actividades, que acaban explotando hacia el exterior.
La volumetría del edificio nace del concepto de la caja de música, que contiene en su interior el engranaje de las actividades que dan vida al edificio hasta salir fuera.
El edificio se compone de un volumen macizo de obra de fábrica (ladrillo visto) que, a través de la incisión de una caja de luz, que permite que penetre la iluminación natural al interior, se abre al exterior. Esta caja inicial de ladrillo se va desconfigurando a fin de proporcionar a cada actividad interior las aberturas y vistas del exterior que requieren. Un edificio para los usuarios y como aparador dinámico de las actividades socioculturales de Alella para los viandantes.