La propuesta para la nueva plaza mayor de Sant Llorenç Savall se teje gracias a las diferentes tramas de calles que confluyen, desdibujándose para configurar un único espacio para el pueblo.
Para constituir la plaza como un espacio continuo y sin barreras, se proyecta un talud vegetal que une las diferentes cotas. Con este mismo objetivo de eliminar las barreras arquitectónicas y visuales, son las diferentes texturas y colores de pavimentos los que delimitan los espacios. Serán los pavimentos y la propia vegetación quienes determinen los usos de los espacios, desde la gran plaza para eventos como los rincones para estar y terrazas de los bares.
Como elemento distintivo aparece sobrevolando el talud una plataforma metálica que hace a la vez de mirador como de escenario para los eventos del pueblo.